miércoles, 31 de julio de 2013

Nicolás Maduro ha avanzado en 100 días de gestión: Rafael UzcáteGUI PPT

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Hablemos de Sentido de Pertenencia

Hablemos de Sentido de Pertenencia


El sentido de pertenencia es la filiación, responsabilidad, confianza y compromiso que pueda sentir una persona hacia cualquier institución o grupo, como la familia o la empresa. Es un elemento clave para la unión de los equipos y debe producirse de manera personal en los miembros del equipo.

Por ello, es importante que como jefes y líderes de familia, comunidad, organizaciones y ciudadanos de este país, estemos constantemente desarrollando en nosotros mismos y en los demás, sentido de pertenencia, puesto que cuando somos conscientes del impacto y la importancia de nuestra participación en cada uno de estos grupos, nos sentimos orgullosos de cada éxito y responsables de cada problemática.

Es difícil que las personas se comprometan a cumplir una meta si no se sienten identificados con esta. Como gerentes y líderes es necesario comprender los intereses individuales de los miembros del equipo para producir un compromiso único y genuino que pueda llenar de orgullo a la gente por cada resultado alcanzado y estar atentos a la generación de ambientes de aprendizaje que permitan desarrollar la confianza entre los miembros del equipo.

Sabemos que el sentido de pertenencia es una necesidad que se aplica en cualquier situación vivida, comenzando por las familias, pasando por las comunidades e instituciones, hasta llegar al país y el planeta entero, porque cuando somos parte de las decisiones y de los resultados nuestro aporte es más sincero y constante.

Como líderes, somos responsables de crear ambientes de trabajo y comunicación que faciliten el desarrollo de la confianza y el trabajo en equipo para lograr el cumplimiento de las metas, haciendo que todos los miembros de la organización se sientan parte del trabajo y de los resultados.

Las organizaciones deben estar compuestas por personas con interés de crecer personal y profesionalmente, y esta actitud parte de una consciencia de que las oportunidades son únicas y cada día debemos aprovecharlas, siendo labor de los jefes, líderes y gerentes propiciar dicho interés, jugando un papel sumamente importante la actitud con la que se encaran las situaciones y el día a día.

Los auténticos líderes pueden unir el compromiso de las personas que les rodean y consolidarlo con objetivos claros y cuantificables para la organización a la que pertenecen. El cambio positivo que se quiere lograr debe partir de un compromiso genuino y de trabajo y esfuerzo en conjunto, es decir, de un sentimiento de pertenecia que reside en todos y cada uno de los miembros.

Cada uno de nosotros puede generar iniciativas únicas, especiales, creativas, multiplicadoras, integradoras, enérgicas y sinérgicas, sólo con hacerlas conscientes y convertirlas en acciones concretas dentro de un tiempo presente, puesto que cada uno juega un papel importante en cada escenario del que forma parte, somos protagonistas y actores de las obras y acciones que emprendemos a cada instante, modificando para siempre el presente y el futuro, nuestro destino, forjado por nuestras decisiones a cada instante.

Es entonces, el sentido de pertenecia, un elemento clave para hacer la diferencia entre un grupo y una familia, entre un barrio y una comunidad, entre un país y un PAÍS con mayúsculas. Es un lazo que conecta directamente a la organización con los resultados esperados, produciendo a su vez un ambiente.

RESPUESTA DEL GRANO AL PRESIDENTE MADURO (Sábado 01-06-2013)




Presidente Maduro, hemos sido atacados por Ud. y, muy a nuestro pesar, debemos responder. Su ataque tiene un lado bueno: abre la esperanza de una discusión necesaria para la Revolución, para nuestro gobierno. Tiene también un lado malo: sus argumentos ad hominem. Con argumentos dirigidos a nuestra persona, y no a las ideas, nos descalifica para opinar. A esos descréditos no vamos a responder, aunque nos provoca. En aras del beneficio de la Revolución y de su gobierno, que es el nuestro, preferimos centrarnos en lo que interesa a la discusión.
Lo que nosotros decimos, nuestros argumentos, nuestras alertas, hechas en el mejor espíritu de Irreverencia y Lealtad, están dirigidos a favorecer la necesaria y escasa discusión de los problemas de fondo en la Revolución. Un Grano diario significa un esfuerzo que nosotros, el colectivo, asume con el entusiasmo del que colabora con una causa justa, con el que es coherente con sus luchas.
¿Qué hemos dicho? Lo que alertó el Che: "Con las armas melladas del capitalismo no se puede construir el Socialismo". "Al imperio no creerle ni tantico así". Lo que dijo Fidel: "En la Revolución no se puede construir conciencia a partir de la riqueza, sino riqueza a partir de la conciencia", repetir sus consejos a Correa: "Dure lo que dure la azarosa historia de nuestra especie, nadie podrá demostrar nunca que los burdos intereses materiales serán capaces de crear ciudadanos más virtuosos y honestos." Lo que dijo Marx: "Un sistema de producción que no reproduzca las condiciones de esa producción no durará dos años."
¿Qué hemos dicho? China es un capitalismo bestial, no es ejemplo para la Revolución mundial, ni para la nuestra, al contrario, es su enemiga. Hemos hablado de los acuerdos con Mendoza, afirmamos que él, Santos y Capriles son todos caimanes del mismo capitalismo. Hemos alertado que el camino de la debilidad con el enemigo oligarca es el camino al fascismo.
Como Ud. verá no hay manuales en nuestros argumentos, ni modelos superados,  lo que sí puede haber son sueños, utopías. Creemos que la esperanza en un mundo nuevo no pierde vigencia, creemos con Martí que la Revolución es hacer "Posible lo imposible". Puede ser que estemos equivocados, decía Lenin "quien nunca hace nada nunca se equivoca"… ¡Discutamos! Ataquemos duro a los argumentos.
Si Ud. como Presidente de Venezuela, como líder de la Revolución, como hijo del Comandante Chávez, considera que el Grano de Maíz, sus críticas, no le hacen bien a la Revolución, y que al contrario la dañan, bastará una palabra suya para que nosotros dejemos de escribirlo. Entonces ya no tendría sentido escribir si no hay oídos receptivos a la crítica, dura pero constructiva, si sólo los hay para la lisonja o el halago.
Nos despedimos con la convicción de que nuestra suerte está ligada a la suya: si a Ud. le va bien a nosotros nos irá bien, si a Ud. le va mal a nosotros nos irá peor.