21.07.2013 05:07 AM Transportistas que cubren la aseguran que los baches, la falta de drenajes, el empozamiento de las aguas de lluvia y la colocación de “policías acostados” representan un peligro
Obra representa un peligro para los choferes que la transitan
El Tigre.- El inicio de los trabajos de ampliación de la autopista Cantaura-El Tigre, a cargo del Gobierno regional, ha generado preocupación para los transportistas del municipio Simón Rodríguez, debido a la gran cantidad de “trampas mortales” que hay en la vía.
Los choferes que cubren la ruta Anaco-El Tigre denunciaron que sienten que transitan por un terreno minado. La inseguridad vial ha aumentado a raíz de la falta de señalización y demarcación, la ausencia de hombrillo y sistema de flujo de aguas pluviales, así como la construcción de dispositivos de control de velocidad, llamados coloquialmente “policías acostados”.
Consideran que el mayor “dolor de cabeza” lo representan los grandes pozos de agua que se forman en la Curva de La Parchita, bomba El Río, Kashaama y la entrada de Tanfan, ya que los desagües no fueron construidos por la empresa encargada de la obra.
El líquido empozado es cómo una especie de señal que avisa a particulares y trabajadores del volante que deben detener las unidades para evitar caer en las “lagunas”, pese al riesgo que corren de ser impactados por detrás por otros vehículos. Algunos conductores, con autos más grandes, se atreven a atravesarlos poco a poco. Lo cierto, es que estos pozos tardan horas en drenarse.
Alfredo Noguera, representante de la Cooperativa Sur Express (que cubre la ruta El Tigre-Anaco-Barcelona), teme que esta situación pueda generar un accidente de tránsito tarde o temprano.
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